Oficiales, Bomberas y Bomberos:
Se ha cumplido un año de mi nombramiento como Superintendente y siete meses de haber sido reelecto para los años 2017 y 2018, razón por la cual he considerado hacer un alto en mis funciones para emitir algunas ideas y consideraciones que pienso son oportunas de dar a conocer.
Mucho trabajo se avecina para todos los integrantes de la institución con la implementación del Convenio con la empresa Aguas Araucanía, como también con otras actividades de similar orden por lo cual no podría dejar pasar esta instancia para que Ustedes conozcan el pensamiento del Jefe Institucional.
Tanto nuestros Estatutos y Reglamentos como también nuestros Principios nos indican que los Bomberos Voluntarios somos una organización altruista con valores Universales, que derivan de una ética y moral conformada con nuestras enseñanzas familiares y hábitos nobles, inspirada de sentimientos ennoblecidos y voluntades intrépidas. Por consiguiente no es coincidencia que seamos la Institución más apreciada y querida por la ciudadanía.
La ética es una rama o parte de la filosofía que tiene por objeto la investigación de la moral; y la moral es un fenómeno eminentemente social puesto que rige o regula la vida del hombre en sociedad. Siguiendo ese orden de ideas, nuestra Institución es ética de valores positivos, ya que también existen valores éticos de corte negativo pudiendo ambos ser exitosos. Por ejemplo, la ética de un delincuente al cometer un delito, si fue exitoso su cometido, se cumple con el objetivo de su ética. Por el contrario, un Bombero Voluntario, de altos valores altruistas, cumple con su deber al salvar una vida, fue exitoso su cometido y se cumple con el objetivo de su ética, proyectando sobre la Sociedad su acción bienhechora de los valores e ideales que sustenta. De la misma forma, la moral, que representa a la Institución, con protocolos, reglamentos, disposiciones, Órdenes del Día, Jerarquía, Tradición, Solidaridad, Mando, lealtad, respeto y obediencia, nos identifica estar actuando con los mejores ideales para ir en ayuda de la sociedad.
Partimos de la base, entonces, que conforme a nuestros Valores, la Institución anhela unir a todos los Bomberos Voluntarios tras estos preceptos éticos y morales que hacen la tradición bomberil un crisol lleno de ejemplos a través del accionar grabado a fuego por nuestros fundadores y especialmente por nuestros Mártires. Ciertamente para lograr nuestros fines, seleccionamos a los ciudadanos que quieren ser parte de esta gesta altruista y los educamos con métodos tradicionales y técnicos, para integrar en su personalidad la misión del bombero de manera tal que puedan efectivamente mantener la tradición, repito, grabada a fuego por nuestros antepasados y que no pueda ser afectada por integrante alguno, que no cumpla con su sagrado deber.
De la misma forma, nuestra conciencia determina el cumplimiento de las exigencias, como también el reprocharlas y justamente a eso quería llegar con este preámbulo inicial.
Sabemos que nuestra Institución es democrática en la elección de sus integrantes, sin embargo es jerárquica en su acción, modo más que centenario que ha servido de base sólida para que ésta no desaparezca como muchas otras. Por ello, debemos ser muy respetuosos con quienes son electos en los diferentes cargos y aceptar la obediencia con lealtad y compromiso verdadero para acatar el Estatutos y los Reglamentos, como también todas las disposiciones y Órdenes que permanentemente se indican por las autoridades para la buena marcha de la Institución. Eso es tradición.
De la misma forma, muchas veces somos desleales con las decisiones que se toman y aparece nuestro pensamiento mágico, que nos hace pensar en tratar de afectar a quien no apoyamos en su elección y salió electo, o crearle problemas en su gestión, vale decir, hacerlo desaparecer. Hay que recordar que cuando estamos en el interior de un Incendio, somos el uno para el otro, demostrando solidaridad, cariño y lealtad, cuidándonos uno al otro, no importando quien sea nuestro camarada.
El hombre, al vivir en sociedad, debe necesariamente cumplir con las normas morales que rigen en su entorno, ya que su incumplimiento trae sanciones institucionales, pero como también acarrea el reproche desde el punto de vista moral-social, y más contundente aún puede resultar el remordimiento o castigo íntimo de la conciencia. En efecto, desde el punto de vista jurídico sería la aplicación de amonestaciones, sanciones, separaciones o expulsiones; desde el punto de vista ciudadano como sería el rechazo o ridículo social cuando se falta a las normas de cortesía o de buen trato; sin embargo, la más devastadora llegará cuando nos hagamos conciencia que no estamos cumpliendo el compromiso juramentado al cual nos sometimos voluntariamente.
Mantengamos nuestro compromiso con estos valores para que nuestra Institución pueda continuar por la senda de la modernidad y el desarrollo, ya que se nos están presentando oportunidades de muchos cambios favorables y se necesita estar todos aglutinados con estos altos principios que sustenta nuestra Institución.
Un abrazo
LEONEL NUALART CASTRO
Superintendente
Temuco, Septiembre de 2017.