Hace 18 años esta temuquense ayudó a romper una tradición. Junto a otras 11 mujeres ingresa entonces a las filas de Bomberos. Hoy, no sólo sigue siendo parte de la institución; ya es capitana de la 11° Compañía de Temuco con asiento en la localidad Cajón. A 5 días de la celebración del Día Nacional del Bombero, comparte su historia.

Bomberos de Chile ostenta 164 años de historia y recién hace 17 abre sus puertas a las mujeres de nuestro país. Un año antes de que esta apertura, un grupo de 12 voluntarias rompe la tradición en Temuco. Entre ellas está Claudia Córdova, que no sólo prueba en terreno sus habilidades, sino llega a ser teniente y hoy figura como flamante directora de la 11° Compañía de Bomberos de la localidad Cajón.
Claudia es una pionera, tal como lo fue en su momento la primera voluntaria de Bomberos del país, la señora Delfina Fonseca de Curacautín, una adelantada a su tiempo que se une a la entidad el 6 de abril de 1955 y anota entonces a La Araucanía en la historia nacional con este singular hecho.

Madre de dos niños, esposa, docente de informática, nueva colaboradora del Programa Chile Indígena y presidenta de la agrupación Espectro Autismo Temuco, Córdova se multiplica a diario para responder a todas sus responsabilidades, entre las cuales guarda especial cariño a Bomberos, no en vano allí termina su formación profesional en calidad de practicante y descubre que quiere convertirse en una de ellos.

Consciente de que la institución ha dado pasos importantes de igualdad y reconocimiento hacia el género femenino en los últimos 17 años, esta temuquense valora la rapidez con que las mujeres han sido integradas a las filas de Bomberos, pero admite que aún hay camino por andar, no en vano en el ámbito operativo aún no conoce capitanas y en algunas compañías la inclusión no ha sucedido.

LAS PUERTAS
— Al observar tu propia historia, ¿tienes consciencia de algún indicio temprano de querer formar filas en espacios históricamente ocupados por hombres?
— Cuando niña quería ser carabinera. Pero no me dio el porte. Entonces, no postulé. Y bueno, antes, cuando terminabas enseñanza media, tus papás esperaban que fueras a la universidad; esa era su aspiración para ti. Pero yo quería convertirme en carabinera. La opción fue Ingeniería en Informática. Y eso estudié en la UT. Llegado el momento hice mi práctica en el Cuerpo de Bomberos de Temuco. Ahí conocí la institución, me gustó y quise entrar. Como vivía en Cajón lo más lógico fue postular a esa unidad, que entonces era una brigada. Y me abrieron las puertas.

— Es decir, descubres a Bomberos siendo adulta. ¿Es así?
— Claro. Fue cuando me estaba convirtiendo en profesional. Ahí conocí de verdad a Bomberos y me interesé por conocer mejor a la institución. En ese momento no podía entender por qué no recibían mujeres si ese trabajo lo podíamos hacer perfectamente.

— ¿Qué despertó tu interés?
— Yo creo que lo que hacemos todos los bomberos. Servir a la comunidad. Para cuando hice mi práctica estaba vivo don Jorge Taito, insigne bombero que escribió el libro Creciendo con la Ciudad. Él me contaba historias increíbles. Así le encontré el gustito a la institución. Después se abrió una oportunidad en Cajón y no lo pensé dos veces. Como ellos eran tan poquitos en la brigada y estaban ante un inminente cierre aceptaron mujeres.

— Eres parte de las pioneras que entraron en 1997, porque recién en 1998 el directorio nacional formalizó el ingreso de mujeres a sus filas…
— Sí, de hecho, las primeras voluntarias fuimos no más de doce. Recuerdo que la admisión se produjo en la Segunda, Cuarta y Octava compañías y en la Brigada de Cajón.

— ¿Cómo era tu brigada entonces?
— Había cinco voluntarios y tengo claro que los iban a cerrar. Fue ahí que decidieron incorporar a más gente, entre ellas cinco mujeres…

— Ustedes debieron caer casi del cielo, ¿no?
— (Ríe) En realidad ingresó un grupo grande en ese momento. Fuimos unas 15 personas, entre ellas cinco mujeres; todos con la aspiración de ser bomberos, para lograrlo antes tuvimos que pasar algunas etapas. Pero nos recibieron súper bien. Los chicos que estaban entonces nos enseñaron todo lo que pudieron. En ese tiempo no existían las villas nuevas ni el molino ni nada de lo que existe ahora en Cajón. Recuerdo que llevaba dos semanas cuando surgió un primer llamado de emergencia. Se estaba quemando un galpón de acopio que quedaba al lado de una casa en un fundo. Todos acudimos esa vez. Los nuevos sabíamos muy poco aún, pero fuimos a prestar ayuda. Así que me puse al servicio de la institución desde el primer momento.

MUJERES
— Bomberos tiene 164. Recién hace 17 años reconoció y admitió formalmente a mujeres. Pese a ello La Araucanía cuenta con la primera mujer bombera de Chile, la señora Delfina Fonseca de Curacautín, voluntaria desde 1955. ¿Qué te dice este hecho?
— Es que el tema es así. Finalmente las mujeres en los pueblos más pequeños son las que están en las casas o una buena parte de ellas. Entonces, la señora Delfina debe haber sentido que tenía que colaborar. Esto mismo pasaba en Cajón cuando yo ingresé a la brigada. Había más mujeres en la localidad durante el día, así que era lógico que quisieran ayudar.

— ¿Cómo ha sido tu experiencia como mujer dentro de la institución?
— Yo no pertenezco a una compañía con especialidad, pertenezco a una compañía “de agua”, pese a ello creo que las mujeres que han ingresado a Bomberos han podido desarrollar las capacidades necesarias y trabajar a la par sus compañeros. En las compañías con especialidad pasa exactamente lo mismo. He visto a voluntarias bajitas, flaquitas, que responden con las mismas ganas que sus compañeros; no sé si es la adrenalina o la pasión, pero las hacen todas. Yo creo que la mujer puede desarrollarse en cualquier ámbito mientras se le dé espacio.

— ¿Hubo resistencia entre tus pares al comienzo?
— No. Al menos, no en mi brigada. Pasa que allí necesitaban voluntarios, así que tuvieron que dejar el machismo de lado. Eso sí, todavía existen compañías que no integran a mujeres en sus filas. La tercera es una de ellas.

— En todo caso, evolución debe haber habido en los últimos 17 últimos años, no en vano eres directora de una compañía. ¿Qué opinas?
— Sí, claro. Cuando comenzamos todo era muy distinto. Para entonces las mujeres estaban orientadas a cargos y labores administrativas. Estábamos para ser secretarias, tesoreras, y pasaron muchos años en que la única directora era yo; hasta que apareció una nueva directora para el sector Fundo El Carmen. Hoy la situación es otra. Ahora puedes ver ayudantes, que es un cargo más activo u operativo. Ah, se me olvidaba, yo pude ser teniente, aunque fue sólo por dos meses, pero fui teniente. Lo que aún no he visto son capitanas. Hoy el cargo más alto al cual aspirar dentro de tu propia compañía es al de directora.

— ¿Qué funciones cumple una directora?
— Este es un cargo administrativo. Lo que haces es dirigir la compañía para hacer cumplir las órdenes de la comandancia, desde el capitán hasta el último de los voluntarios o voluntarias (…) Además, representas a la compañía ante la comandancia y eres la cara visible del grupo humano que diriges.

— ¿Cómo ha sido tu experiencia en el ámbito operativo (terreno)?
— Salvo los atentados incendiarios que han ocurrido en el sector rural, situaciones graves no me han tocado. En Cajón no ocurren muchas emergencias estructurales, más bien son hechos controlables, salvo, como dije ya, los atentados, que son hechos más delicados. Por suerte, tampoco he sufrido accidentes durante el trabajo operativo.

— ¿Cuántas mujeres existen hoy en la compañía número 11?
— Habemos cinco. De las pioneras quedamos sólo dos y todos los que trabajamos en la compañía participamos de la parte operativa. Aquí todo el que puede responder a un llamado de emergencia va.

— Claudia, ¿qué es lo más difícil de ser bombero?
— El tiempo. Los bomberos tenemos nuestros propios trabajos, otros estudian, hay quienes tienen hijos, familia, y a esta institución hay que dedicarle tiempo. Existen responsabilidades que cumplir, compromisos, incluso para cada acto o celebración que compartimos con la comunidad hay reuniones, preparativos y ejercicios; lo mismo pasa con las romerías, la rifa y jornadas como la cuenta pública.

AUTISMO
— ¿Qué haces cuando no estás en el trabajo ni en Bomberos?
— Tengo a mis hijos y mi familia como prioridad, pero además participo de una agrupación de niños con espectro autista. Soy la presidenta. Estoy ahí por mi hija. El grupo se llama Espectro Autismo Temuco porque el autismo es tiene un amplio el rango. Llevamos recién dos años de funcionamiento. Lo más notorio que hemos hecho es la marcha que celebramos el 2 de abril.

— ¿Cuál es la finalidad de Espectro Autismo Temuco?
— Pretendemos brindar apoyo integral a los niños con espectro autista, donde podamos implementar salas para entregar terapias de fonoaudiología, kinesiología y terapia ocupacional, que no están consideradas en el ámbito escolar (…) Conseguirlo de forma particular implica desembolsar muchos recursos. Para ello recién estamos empezando a hacer gestiones. Lo que primero queremos hacer es postular a una subvención municipal para arrendar un espacio que nos permita alcanzar nuestro objetivo. Lo siguiente pasa por lograr futuros convenios con universidades y estudiantes en práctica de las áreas que requerimos.

— ¿Cómo se puede contactar a la agrupación?
— A través del Facebook Espectro Autismo Temuco.

— Sobre la base de tu experiencia personal ¿recomiendas a mujeres y hombres integrar las filas de Bomberos?
— Yo me paso la vida haciendo invitaciones a la gente conozca la institución. Cuando las personas la conocen por dentro y cómo funciona se enamoran de Bomberos de Chile porque tiene una historia bonita y la tarea que cumple llena de satisfacciones. Después de un tiempo y una vez asumidas las responsabilidades que conlleva, los que se quedan son los que descubren lo valiosa que es esta institución.

Ficha
Nombre: Claudia Córdova Córdova
Ciudad natal: Temuco
Estado civil: Casada
Hijos: Dos
Ocupación: Ingeniera en Informática y Directora de la 11° Compañía de Bomberos de Temuco (Cajón).

Frases
“Cuando comenzamos todo era muy distinto. Para entonces las mujeres estaban orientadas a cargos y labores administrativas. Estábamos para ser secretarias, tesoreras, y pasaron muchos años en que la única directora era yo; hasta que apareció una nueva directora para el sector Fundo El Carmen. Hoy la situación es otra”.
“Participo de una agrupación de niños con espectro autista. Soy la presidenta. Estoy ahí por mi hija. El grupo se llama Espectro Autismo Temuco porque el autismo es tiene un amplio el rango. Llevamos recién dos años de funcionamiento. Lo más notorio que hemos hecho es la marcha que celebramos el 2 de abril”.