El pequeño Héctor, de sólo seis años de edad y residente en calle Cochamó, del populoso macrosector Pedro de Valdivia de Temuco, no podía creerlo. Ante sus ojos brillosos vio detenerse en las afueras de su vivienda un gran carrobomba perteneciente a la Segunda Compañía de Bomberos de la capital de La Araucanía.

Los vecinos salían curiosos de sus casas, tratando de adivinar dónde era la emergencia.

Pero no. Héctor era uno de cientos de pequeños que, con grandes ilusiones, depositan sus cartas destinadas al Viejito Pascuero en las oficinas de Correos de Chile.

Tal como es costumbre desde hace cuatro años, un voluntario de la Segunda Compañía revisa estas misivas, hasta hallar la que parece más apropiada para hacer feliz a un niño.

El pequeño Héctor solamente quería tener un pequeño camioncito, “y otro para mi hermanita, para no pelearnos”, decía su carta, que enterneció a los segundinos.

Por ello, los voluntarios que componen la Segunda Compañía reunieron la mitad del dinero necesario, la propia compañía puso el otro 50% y llegaron en su máquina y uniformados a cumplir el sueño de Héctor, quien no cabía en mayor felicidad junto a su hermanita menor.

Ambos fueron invitados a subir a conocer la Unidad de Control de Emergencias con Materiales Peligrosos, pudieron fotografiarse vistiendo los uniformes bomberiles y lo más importante, recibieron su tan anhelado camioncito para disfrutar jugando en estas fiestas.

Alejandro Cartes, director de la Segunda Compañía de Bomberos de Temuco, destacó la iniciativa, en la que participaron con entusiasmo los bomberos segundinos. “A nuestros voluntarios no sólo se les enseña a apagar incendios, sino que en el cuartel también aprenden valores como la solidaridad y el apoyo a quien necesita de una mano amiga”, comentó.