La madrugada del 11 de enero de 1957 el joven voluntario de la Primera Compañía de Bomberos de Temuco, Gustavo Toledo Fuentes, acude a una alarma de incendio declarado en las esquinas de Rodríguez y Aldunate, en pleno centro de la capital regional.

Mientras el personal se encontraba trabajando en la extinción del fuego, se oye la voz de un capitán ordenando retroceder debido al posible desplome de una muralla, pero el ímpetu del voluntario Toledo hizo caso omiso a la advertencia, escuchándose un estrepitoso estruendo al colapsar la muralla. Gustavo caía dignamente en ofrenda a la tranquilidad y seguridad de sus semejantes, falleciendo en acto de servicio.

Por ello, cada 11 de enero, la Primera Compañía conmemora esta gesta de uno de sus filas, trasladándose hasta el lugar donde este bombero ofrendó su vida en cumplimiento del deber, donde hoy en día existe una ferretería y un edificio de oficinas.

También, oficiales y voluntarios se dirigen hasta el Mausoleo del Cuerpo de Bomberos de Temuco, donde depositan una ofrenda floral ante la tumba de este mártir del deber, oportunidad en que durante esta conmemoración, participaron familiares y descendientes, quienes acompañaron estos homenajes en que se recuerda la figura de Gustavo Toledo.

 

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